El proyecto resuelve una zona de indeterminación urbana, sobre un solar previo de uso militar se enmarca una biblioteca y centro de estudios, mediante la realización de dos plazas que permitan la transición entre la ciudad y el proyecto.
La propuesta valora la tradición de la ciudad generando un diafragma entre ella y la biblioteca mediante un pórtico de ladrillo, típico de la cultura castellana.
El programa se divide en dos potentes volúmenes, el pequeño da servicio a unas pequeñas salas de exposiciones, el mayor alberga la biblioteca, iluminada perimetralmente mediante bandas de luz difusa abierta a través del hormigón y cenitalmente a través de un gran lucernario colgado de la última planta.
En la última planta se generan 14 gabinetes de estudios individuales permitiendo un espacio de trabajo íntimo al investigador.